Por caso el goleador más grande de la historia de Independiente y por si fuera poco de toda la historia del fútbol Argentino.
Ídolo de los ídolos en varios reportajes le preguntaron al gran Alfredo Distefano cual era su ídolo y el siempre respondió que el mejor jugador era Arsenio Erico. En el mismo sentido, al ser preguntado el presidente de la AFA, sr. Grondona, también ha dicho que para el Arsenio Erico fue el mejor jugador de la historia, esto dicho en la prestigiosa Revista El Gráfico de la Argentina.
En esta oportunidad trabaje esta caricatura en tres colores de lápices grafito, sepia y blanco para darle a este trabajo un aire de eternidad nostálgica….
Arsenio Pastor Erico Martínez nació un 30 de marzo de 1915 en Asunción, Paraguay.En 1932 estalló la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia y como Erico aún no tenía edad de ser enrolado, le permitieron acompañar una gira en una selección de la Cruz Roja con fines de recolección de fondos. Ahí el muchachito deslumbró en tierras argentinas. Le echaron el ojo dirigentes de River Plate e Independiente, mas fueron los de esta última entidad quienes pudieron hacerle firmar un contrato profesional. Pero había un inconveniente: Erico debía eventualmente hacer la conscripción efectiva en su patria que estaba en guerra. Los argentinos le consiguieron un permiso especial del ministerio de defensa guaraní de modo que Erico pudo iniciar su brillantísima carrera en Argentina. Debutó para los “Rojos” de Independiente el 6 de mayo de 1934 contra Boca Juniors sin marcar goles. Tenía apenas 17 años. En la siguiente fecha contra Chacarita Juniors logra el primero de sus 293 goles.
Después le llovieron apodos pintorescos como el “Saltarín Rojo”, el “Hombre de Goma”, el “Paraguayo de Oro”, el “Hombre de Mimbre”, “el mago”, “el aviador”, el “duende rojo”, el “Diablo Saltarín”, el “Rey del Gol”, “Mister Gol”, el “Hombre de Plástico”, “el virtuoso”, el “semidios”, entre otros. La prensa de aquella época no ahorraba descripciones sobre como jugaba.
En 1977 la pierna izquierda de Erico tuvo complicaciones sanguíneas debiéndose ser amputada. Parecía que se reestablecía su salud pero tuvo un paro cardiaco fatal el 23 de julio de 1977.
Independiente corrió con los gastos del sepelio y entierro de Erico. En un día hábil y de invierno (encima bajo la dictadura militar argentina) partió de la sede de los Rojos la multitudinaria caravana funebre hacia el cementerio de Morón distante a 65 Km. Cabe señalar que no existían autopistas en esa época. Todo eso refleja la enorme categoría de ídolo del club que ostentaba Arsenio Erico.Se fue de este mundo para convertirse en inmortal. Tanto que, como dice Distéfano, “nunca habrá nadie igual que Erico”.
Reverenciado por todos, dentro de la cancha, pero lo fue más fuera de ella. Por su sencillez, su modestia, su solidaridad y su generosidad sin límites. “Un paraguayazo de ley” para quien todos los homenajes son pocos.